Lo que hay q saber antes de ir un domingo al campo:
- Que el que le da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro.
- Que negro soy yo y negra es mi generación, pero más negro es tu culo y no te causa admiración.
- Que el no come carne, no come chorizo.
- Andá reservando un lugar en la lista de masajes de Memo.
- Si estás en la pileta y escuchas sonar una campana, eso significa que está la comida. No hagan esperar al asador, por favor.
- Antes de que llegue la comida, ya tenés que tener preparado el pancito para el choripan. Sino seguro que te queda el culito.
- Cuando llegó la comida, apurate porque es la Ley de la Selva. Encima que la fuente siempre empieza a pasar por la otra punta de la mesa, sino mandas el tenedor rápido, no te queda nada. No importa cuantas manos pinches en el camino.
- De todas formas, siempre lo mejor del asado llega al final, cuando ya nadie tiene hambre. Es una estrategia desarrollada por el asador para poder llevarse lo mejor para la cena.
- Sobre el postre: siempre es un rejunte delicioso de lo que hay en la alacena de las cocineras, madres y tías; la condición imprescindible: que sea susceptible de Paddy; sino contiene una gran dosis de dulce de leche o chocolate, nadie lo come; si hay helado Mundial, decí que estas cuidándote porque es intomable.
- La sobremesa se concentra en la cabecera. Esto por varios motivos: para llegar antes en la repartición del postre, para acomodarte estratégicamente al lado del masajista, y para jugar una pulseada con el abuelo.
- Siempre, pero siempre, hablá a los gritos. Es probable que haya tres o cuatro conversaciones a lo largo de la mesa, si querés estar en la de la otra punta, gritá más fuerte.
- En algún momento explota el karaoke. Cantá a los gritos, obvio. También viene acompañado de baile, en lo posible arriba del banco.
- Hay que saber silbar el Himno del Campo.
- Después del cafecito, pero antes de los mates, a veces, se organiza una expedición para juntar higos o nueces, ponete el buenísimo repelente marca “Rube”.
Es probable que sobrevivas, pero seguro te vas con un sobrenombre nuevo impuesto por el abuelo Pocho. Lo bueno es que los invitados tienen sólo uno. Nosotras ligamos uno nuevo todos los fines de semana. Para que se den una idea, el último que me tocó a mí es “Bombachita de goma”, porque no dejo pasar un pedo. Prepárense!