Parece imposible que imágenes tan simples hayan desatado un mar de lágrimas. Desde que el nono se fue, nunca había vuelto a ver su forma de andar, su voz un poco chillona, la boina, las manos apoyadas en la cintura. Y ahora, gracias al tío Carlitos, vuelvo a grabar ese sentimiento en la retina empañada por la emoción.
Lo comparto para aquellos que lo conocieron y para los que no, este fue un gran hombre, mi abuelo Carlos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ahora q tengo tanto miedo de perder al mio, trato de entender lo q sentis...
ResponderEliminarPero tranqui,q ese GRAN hombre debe estar muy orgulloso de la GRAN mujer q sos...
Te amo amiga! YAi
Me hiciste llorar!!!!!!!!!!! quiero volver mas que nunca. Como se extraña el nono, como lo quiero! alfon
ResponderEliminar